Que fuerza la de los pequeñitos!

Ayer fui con mi hija a la fiesta de cumpleaños de una de sus compañeras del nido. Fue un tiempo muy divertido y el programa era un show de princesas, aunque la animadora mas parecía cenicienta trasnochada. Sin embargo los niños estuvieron muy alegres jugando y bailando, fue algo corto pero muy ameno.
En un momento la animadora pidió al padre de la cumpleañera que pase a jugar jalando la cuerda el de un extremo y el resto de los niños del otro lado. El padre con cámara en mano se escuso y como no había ningún otro padre presente, me llamaron a mi en su lugar. La verdad que fue una sorpresa! al sostener la cuerda y cerca de 15 niños jalando del otro lado, sentí el tirón de todos ellos. No creo estar tan viejo, pero tube que tirarme en sentido contrario para que no me jalaran y por medio minuto sentir el ímpetu de ellos por ganarme. Al final cuando me ergui termine cediendo a su impulso.
Como se ve que cuando los pequeños jalan a un grande en dirección a ellos, la pendiente siempre les favorece.

Una taza de te con los plumiferos

Después de mucho tiempo que estoy en casa, luego de una larga temporada de trabajar en la Tarumba, me disponía a tomar una taza de té cuando descubrí que hace un tiempo, en casa tenemos unos visitantes que suelen servirse solos el té con mucha azúcar. Este par de pecho amarillo, si que se tomaron lo de sentirse en casa a pecho. Bueno la verdad que da gusto tomar té en compañía.